
Odio el marketing.
Bueno, al menos el marketing que nos han vendido durante años: Humo envuelto en palabras bonitas, pérdida de tiempo y dinero para las empresas .
Una dependencia absurda de las modas, a las que no pocos profesionales se han adherido sin más criterio que seguir tendencias.
Lo odio porque es un lastre para las empresas que de verdad quieren crecer sin tonterías.
Soy Enrique y mi trabajo consiste en transformar el caos del marketing en una estructura organizada y efectiva. Es una combinación entre pasión y metodología, con un objetivo claro:
Convertir el marketing en una herramienta que realmente impulse las ventas y los resultados.
Hace más de dos décadas, cuando empecé en esto, hablar de marketing en una PYME era casi un chiste.
Los gerentes miraban con condescendencia a un veinteañero que quería «escribir anuncios» en un mundo dominado por vendedores de pelo en pecho, dedicados a patear las calles a la caza de pedidos. Pero, poco a poco, fui ganándome su confianza.
Entré en esas empresas para hacer algo que nadie hacía entonces: crear estructuras, rutinas y procesos que terminaron convirtiéndose en auténticos departamentos de marketing.
Y es lo mismo que sigo haciendo hoy, en un contexto diferente, pero con los mismos objetivos:
Sistematizar, coordinar y afinar todos los aspectos del marketing para que trabajen al servicio de las ventas.
¿Mi enfoque? Nada de palabras bonitas, ni aplausos en reuniones.
Lo mío es alinear SEO, SEM, copywriting, redes sociales, analítica web o paid media para que todos los engranajes trabajen como un reloj suizo.
Lo que busco es simple:
- Más ventas.
- Mejores ventas.
En Linkedin y en mis web comparto lo que he aprendido a lo largo de los años: Cómo convertir el marketing B2B en algo simple, efectivo y accesible.
Cuestiono las modas, critico lo innecesario y hablo de sistemas, procesos y realidades porque, al final del día, lo que importa no es cómo se ve tu marketing, sino cuánto vende.
Mi «odio» es más una declaración contra el marketing vacío y sin sentido.
Odio el marketing que sirve para ganar premios, pero no clientes.
Amo el marketing que hace crecer negocios y da resultados tangibles.
Si «tu odio» es compartido, quédate por aquí.
Si no, tranquilo, hay muchos discursos vacíos esperándote en otro lado.